¿Es el color verde militar el nuevo negro? Así responde la pasarela global (y así vestirás durante los próximos 365 días)

Fue Séneca quien dijo que el lenguaje de la verdad debía ser simple y carecer de artificios. Seguiremos con exactitud, pues, dicha máxima: el color verde militar es el nuevo negro. Sin miramientos, sin dubitaciones y sin miedo a réplicas. Y si alguien aquí presente tiene algo que objetar respecto a nuestra crudeza, siempre pueden intentar solucionar el dilema con nuestro filósofo latino de referencia. Thank u, next.

Permitida nuestra repentina jocosidad, procedamos ahora al núcleo del asunto. Asunto que, de ser tú ese trendsetter disciplinado que siempre se aposenta en la primera fila de la clase para atender a la última hora en términos de estilo, podría modificar la deriva de tu guardarropía durante los próximos 365 días. Y es que, tal y como dilucidan las pruebas de nuestras propias investigaciones, no hablamos aquí de una microtendencia, nicho y efímera por naturaleza propia.

¿Recuerdas el alegato a favor del full black por parte de la industria de la moda a finales de la pasada década? Si bien ataviarse íntegramente de este color no representaba una rareza per se (a diferencia, por ejemplo, de la fiebre pink derivada del influjo sociocultural de la Barbie de Greta Gerwig), una ristra prácticamente infinita de creadores sentaron cátedra al sacudir todas las lecturas asociadas al mismo, vinculadas mayormente con la muerte, la subcultura emo, la corriente existencialista y la brujería.

El objetivo primario de este ensalzamiento parecía tener que ver con una reconfirmación del axioma que Felipe II, monarca patrio, quiso manifestar al transformarlo en símbolo de la realeza durante su reinado: el negro es el color de la elegancia más sublime y de la sobriedad más sólida. Había, sin embargo, una motivación encubierta que nada tenía que ver con la vanidad y la imagen: se intuía una crisis económica global tal que nos iba a instar a recuperar unos códigos estéticos reminiscentes de la Gran Renuncia Masculina de finales del siglo XVIII. A quienes predijeron dicho bache, dos palabras: buen ojo.

Bien, pues esta predilección cromática parece repetirse con el color verde militar. Verde militar, verde khaki, verde oliva, verde cacería. El verde del mono de Sigourney Weaver en Alien y el de la chaqueta abotonada de George MacKay en 1917. Ese verde. Una inclinación que, en nuestro caso, ha sido regresiva. ¿En qué sentido? Muy fácil: si bien nos hemos percatado de ella en las primeras colecciones femeninas otoño / invierno 2024 - 2025 presentadas en la más reciente semana de la moda milanesa, donde este tono tiene un protagonismo evidente gracias a embajadores como Gucci, Jil Sander, Loro Piana, Petar Petrov, Bottega Veneta y Ferragamo; en realidad ya se manifestó tanto en las colecciones masculinas otoño / invierno 2024 - 2025, presentadas poco antes de las femeninas, como en las propuestas masculinas primavera / verano 2024, presentadas mayormente en la segunda mitad de 2023.

El veredicto, pues, no se aleja de nuestra primera aproximación: vamos a vestir el color verde militar desde ahora mismo hasta el año que viene. Y lo haremos tanto a modo de total look, como en S.S.Daley, a golpe de guateado; Fendi, en clave utility chic; Alyx, que juega a los degradados; Lemaire, que articula el arte del layering; y Zegna, entremezclando formalwear y loungewear; como con mayor discreción mediante pequeñas píldoras -alternativa que facilita la puesta en práctica de esta tendencia- como en Valentino, a través de la bomber técnica en nylon; Todd Snyder, gracias a los jerséis de punto; Rhude, que recurre al chaleco multibolsillos; y Dsquared2, mediante una camisa con volantes de gasa semitransparente.

Y, como ocurre con prácticamente todo en la industria de la moda -aunque haya quien no se lo crea-, este clamor por el color verde militar al que se suscriben todas estas firmas tiene un porqué. Un porqué que no se fundamenta en una amenazante crisis financiera, como pasó con el negro, o en un blockbuster global, como ocurrió con el barbiecore que celebró el rosa en todas sus versiones, pero sí en la realidad que estamos viviendo en este preciso instante.

Tengamos en cuenta, en primer lugar, que el verde militar recibe dicho nombre por algo. Y es que este tono de verde encuentra su origen en el uniforme de las fuerzas armadas, donde fue empleado como recurso de camuflaje al mimetizarse perfectamente con la vegetación presente en los campos de batalla. Camuflaje cuyo estampado visual, a modo de curiosidad, fue uno de los grandes highlights en la primera colección de Pharrell Williams para Louis Vuitton. Hasta aquí no debería haber ninguna sorpresa, ya que se trata de cultura general.

A continuación, reflexionemos sobre cómo la industria de la moda, que ha heredado muchas de las prendas más características de este look como las cazadoras bomber, los pantalones cargo, las combat boots, las parkas y los chalecos multibolsillos, ha ensalzado la estética militar en estas últimas temporadas. Dicha preferencia puede entenderse desde dos vías diferentes: como un reflejo de una actualidad en la que los conflictos bélicos están a la orden del día (no creemos que haga falta sumergirse en detalles, ¿verdad?) o como una concepción del imaginario militar como una fracción del workwear, término que hace referencia a la moda obrera que las altas esferas del sector celebran desde ya incontables temporadas debido a su practicidad y utilidad, prestaciones ahora cool tras haber sido replanteadas en un contexto urbano que les aporta cierta emoción visual. Lo intentaremos resumir en pocas palabras: el color verde militar está estrechamente vinculado a un uniforme en uso en la actualidad que a su vez está ligado a una de las grandes tendencias a día de hoy.

No obstante, esta relación entre el espectro militar (y, por ello, el color que más lo caracteriza) y los creativos de la moda no es cosa de ahora. Incluso el vínculo entre este imaginario militar y el asfalto, que nació en el momento en el que las prendas de este uniforme bélico aterrizaron en las tiendas de moda de segunda mano tras el fin de la Guerra de Vietnam, en abril de 1975. Y es que, si buceamos en los archivos de marcas enamoradas de la funcionalidad y practicidad como Prada, Helmut Lang, Comme des Garçons y Junya Watanabe, podremos ver cómo el color verde militar es cláusula sine qua non de algunas de las colecciones de finales de los 90 y principios de los 2000. Una era que, sorpresa, también ha ejercido un influjo evidente en nuestra vestimenta actual, notablemente marcada por la estela del Y2K. Si tenemos en cuenta que han pasado más de 20 años desde estas referencias, la conclusión es evidente: el verde militar, efectivamente, es el nuevo negro.