La remota posibilidad de que una sudadera gris para hombre nos genere una mínima sorpresa es, de por sí, sorprendente. E inesperada, por añadir. Sin desestimar aquí su valía ni pretender fundar un club de detractores contra ella, cuidado. Sin embargo, la realidad en estas circunstancias es innegable: una hoodie de color gris no cuenta con muchos elementos que puedan generar una admiración ciega o, por el contrario, una animadversión férrea. Más allá de la presencia -o ausencia- de una capucha y un cierre de cremallera en su diseño, una sudadera gris es una sudadera gris. Una prenda ‘plana’, una prenda sin sobresaltos, una prenda fácil. Una prenda incluso anodina.
Sin embargo, el minimalismo de la sudadera gris para hombre es su mayor atractivo. Y es que, donde unos ven sopor, otros ven facilidad. Y en tiempos donde el día a día presenta cada vez más complejidades en diferentes estratos (desde la cocina sana, con el tiempo que esta requiere, en una rutina gobernada por la celeridad hasta la conciliación entre la vida laboral y la vida íntima y el ocio lejos de las pantallas), esa comodidad representa un lujo muy preciado. Quién nos iba a decir que lo más mundano se iba a poder equiparar a lo más elevado en algún momento…
Clave en cualquier armario cápsula, del más básico al más experto, la sudadera gris es también símbolo de la versatilidad más suprema. Si bien representa una variante del jersey deportivo ideado en 1920, obra de Benjamin Russell a la que la marca Champion le añadió capucha en 1934, hace tiempo que su puesta en práctica se escapó de los confines deportivos para convertirse en una prenda para la vida diaria -desde que los artistas del rap y el hip-hop y posteriormente los skaters y surferos, agentes que entonces desafiaron toda convención social asociada a la vestimenta, la reivindicaron como cláusula sine qua non de su uniforme urbano-. Que el color del que se tiñe, el gris, sea neutro y combine con cualquier tono del espectro cromático ayuda, todo hay que decirlo.
Su esencialidad fue aún más remarcable durante la realidad pandémica, donde la sudadera que nos poníamos cuando no queríamos vestirnos llegó a convertirse en vestimenta laboral, así como en la vida pospandémica, momento en el que el loungewear influyó notablemente nuestra guardarropía y se alió con el streetwear, código estético en el que la sudadera gris para hombre es máxima referencia. Tal y como especificó Javier Girela, Style Editor de esta cabecera, “la sudadera gris es el salvoconducto perfecto de nuestra era para estar medianamente presentable. Puedes estar en casa y que alguien llame a la puerta de repente o recibir una videollamada imprevista y no sentir ningún tipo de remordimiento estético al atenderla. La sudadera gris es siempre un ok”.
En resumen: la sudadera gris para hombre es la prenda para todo. Una prenda todoterreno que, tras haber sido replanteada y recontextualizada en numerosas ocasiones a lo largo de la historia, podemos vestir tanto con un pantalón de chándal a juego como con un pantalón de pinzas de corte slim, cuyos principios son diametralmente opuestos a los del primero; un chino de corte recto o un vaquero baggy de aire noventero. Una prenda básica que, sin embargo, Bershka se ha encargado de transformar en prenda it con tan solo un par de modificaciones en el diseño convencional. Cambios que, sin alterar su practicidad en ningún momento, te convertirán en un leído en moda sin esfuerzo alguno.
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Bershka
Sudadera crop con capucha
En primer lugar, porque la sudadera gris para hombre que propone la marca joven de Inditex es crop. Es decir, presenta una silueta ‘recortada’ que, con origen en los años 70 y celebrada masivamente en los 90 con Mark Wahlberg y Will Smith como sus embajadores, revivió a mitad de la década pasada como una prenda reivindicativa que hoy en día se emplea de ejemplo para justificar la difuminación del género en la vestimenta -igual que ocurre con las faldas, las transparencias, el encaje, las manoletinas y las mary jane o merceditas, los lazos, los bolsos, los escotes inesperados y los tacones-.
Para más inri, también hablamos de una silueta que encuentra adeptos sobre la pasarela, plataforma esencial en la difusión de las tendencias, entre los que encontramos nombres como Denzil Patrick, Alexander McQueen, Egonlab, Amiri, Loewe y Sean Suen en sus propuestas de primavera / verano y Balmain, Givenchy, Fendi, Dsquared2 y Rick Owens (en versión extremis en su caso) en las colecciones planteadas para el siguiente otoño / invierno. Vamos, que hay crop para rato.
A su vez, nuestra predilección por el crop responde a una cuestión práctica: es un corte (nunca mejor dicho, ya que crop se traduce como ‘recortar’ al castellano) que le sienta bien a todo el mundo. El motivo responde a la llamada ‘regla de los tercios’, una teoría que divide el cuerpo en tres partes iguales que van de los hombros al ombligo, del ombligo a las rodillas y de las rodillas a los pies. En este caso, las prendas crop centran el foco en la cintura (tercio superior) de tal manera que las piernas (tercio medio y tercio inferior) quedan totalmente despejadas, por lo que estas parecen más largas y, en consecuencia, tú pareces más alto.
¿Y cuál es el segundo cambio que presenta esta sudadera gris para hombre? Que esta silueta de largo ‘encogido’ se une a una confección sobredimensionada que responde a los códigos del sempiterno streetwear. Así, la hoodie gris de toda la vida pasa por un tamiz de la moda urbana de tal manera que se actualiza y se convierte en una prenda digna de trendsetter. Sin perder, claro, todas las ventajas que presenta esta misma de por sí, como su practicidad a la hora de combinar con el resto del armario. You get the beeeeeest of both worlds…
Bershka
Sudadera crop con capucha
