Si algo ha dejado claro la 81ª edición de los Globos de Oro es que Timothée Chalamet no necesita ganar ningún premio para acaparar todos los focos y ser el verdadero triunfador de la ceremonia. Y no lo decimos por la chaqueta de lentejuelas de Céline ni por el reloj daliniano de Cartier que lució. Nos estamos refiriendo a esa melena de elegancia casual que ya se ha convertido en una de sus señas de identidad más reconocibles.
A pesar de que en los últimos años la libertad es la norma (que cada uno haga con su cabello lo que le dé la real gana es la consigna), lo cierto es que el panorama de cortes de pelo actual se ha vuelto demasiado uniforme y un tanto monótono y aburrido. Por un lado, están los degradados, desde los más suaves a los más marcados, cuyo reinado sigue siendo indiscutible. Por otro, los manbuns, que, una vez pasado el boom hípster, se resisten a desaparecer. Y en medio de ambos emerge la media melena ondulada y texturizada de Timothée como un soplo de aire fresco que demuestra que hay vida (capilar) más allá del undercut y del moño alto.
Eso sí, hay que reconocer que el protagonista de Wonka es un privilegiado en materia capilar y pertenece a ese reducido grupo de elegidos que es capaz de hacer suyo y defender cualquier look. Para muestra, valga el imposible bowl cut de El rey, un peinado que no le siente bien a nadie, excepto a él.
Pero olvidémonos de los cortes de pelo por exigencias del guion y centrémonos en el peinado de los Globos de Oro. Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez (https://maisoneduardosanchez.com), lo define como “un look de artista porque, si pienso en un artista en su acepción más amplia, me viene este tipo de peinado a la cabeza. Es una melena media con un contorno que comienza con un mechón a la altura de la nariz y que baja hasta la mitad del mentón, creando un degradado muy suave que pone en valor el movimiento del cabello, muy al estilo de Johnny Depp”.
Para conseguir una melena perfectamente definida, pero flexible y con movimiento, es fundamental utilizar un spray texturizador que aporte volumen y fijación y marque las ondas naturales sin apelmazar el cabello ni crear ese efecto casco que tanto gustaba a los yuppies de los 80. Para que el pelo te quede igual que el de Timothée, aplica el spray de raíces a puntas y moldéalo con los dedos. Si quieres un extra de volumen, hazlo con la cabeza boca abajo y deja que se seque al aire. Como ves, y aunque parezca un contrasentido, la naturalidad hay que trabajarla.
Pero tal vez la mayor virtud del pelo de Timothée es que es uno de los escasos punto de encuentro entre generaciones tan dispares como los analógicos boomers y los zoomers digitales: gusta por igual a cincuentañeros y a tiktokers. Por eso, desde aquí pedimos a las autoridades capilares competentes que declaren el 27 de diciembre, fecha de su nacimiento, el Día Internacional de la melena de Timothée Chalamet y que, además, sea festivo. Si el pantalón de chándal (21 de enero) o el orgullo zombi (4 de febrero) cuentan con un día propio, sin duda la melena de Timothée también lo merece.
