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Sen Senra: “Parece que el discurso de la calidad es menos expansivo que otros, pero se ha demostrado que se puede ser masivo ofreciendo música especial y diferente”

Sen Senra es uno de los músicos del momento, llenando conciertos y bordando el examen de la crítica. Está metido en un proyecto faraónico, una trilogía de música minimalista y elegante que irá sacando poco a poco. Con Sen, nada es fácil ni normal, y por eso es mucho más interesante.
Sen Senra para GQ Hype
Camiseta Jean Paul Gaultier.Aitor Laspiur

Una cosa que siempre me ha gustado mucho de las canciones de Carlos Berlanga es su capacidad para introducir frases coloquiales en sus composiciones elegantes. “Una y no más, Santo Tomás”, por ejemplo. Tiene incluso un estribillo que es, literalmente, el refrán de “lo que se da no se quita”. Choca en una primera escucha, algo tan costumbrista entre orfebrería pop, pero a la segunda funciona y a la tercera lo amas. Meu Amore, una de las últimas canciones de Sen Senra, incorpora una frase improbable (“ahora que hay queso a mi lao solo veo ratones”) entre punteos y electrónica minimalista, en una canción de amor. Parece que a Sen, cuanto más inesperado sea todo, cuanta más experimentación, cuanta más prueba, mejor le sale el resultado final. La canción es preciosa incluso (o también) con esa frase.

Considerado uno de los músicos más influyentes del momento, está en ese punto rarísimo en que no es masivo pero (casi) llena el WIZink hace apenas unos días; no es mainstream pero sus canciones tienen un potencial clarísimo para sonar en las radios, si aún existiera eso de sonar en la radio; es un rostro desconocido para muchos pero generacional para otros, que puede permitirse actuar en Operación Triunfo y los concursantes lo flipen. Está, quizá, en el mejor momento posible: su trabajo se ha medido por la calidad y no necesariamente por los intentos de éxito. Escuchad, por citar dos canciones, las excelentes Uno de eses gatos o No quiero ser un cantante. Y esa forma de hacer las cosas es la única que funciona a largo plazo.

Tanto, que el pasado año recibió uno de los premios Men of the Year de GQ, precisamente celebrando esa forma de hacer rigurosa y exquisita. En su speech de agradecimiento comentó una cosa estupenda: “Estoy aquí trabajando para ofrecer algo elevado”. ¿Cómo es eso, Sen? “Cuando digo elevado lo hago desde la actitud y la intención de lograr algo especial, que requiere un cariño extra, más tiempo, romper con el ‘cualquier cosa vale’. No quiero aceptar lo que parece más fácil o cómodo. Desde el corazón, quiero llegar a un sitio de magia”.

Gafas Balenciaga, camisa Javier Guijarro, camiseta Courreges, pantalón Jean Paul Gaultier, zapatos LoeweAitor Laspiur

Y para alcanzar esto hay muchas vías. Una de ellas es un proyecto (técnicamente no es un álbum) llamado PO2054AZ, del que ya ha salido la primera parte. Serán varios discos, con muchas canciones, que se irán publicando sin fecha prevista (“Aunque el volumen 2 saldrá antes del verano, eso seguro, el tercero ya no lo sé”), pero compartiendo concepto y arte. La primera parte tiene 13 canciones. “Tiene que ver con esos códigos de elevar. No quería una propuesta de un disco normal, que se quede ahí, así que empecé a pensar en algo más largo, que me acompañe durante más tiempo, una trilogía. Al final, serán como 40 canciones, que la gente podrá escuchar juntas o por separado. En estos tiempos en los que todo es caos e inmediatez, me parecía un ejercicio de dar valor a las cosas. Por ejemplo, la portada será la misma, porque es importante la atención, quedarse con algo en lo que crees, de verdad, ahora que parece que ya no prestamos atención a nada”, comenta Sen. El artista no se siente cómodo entre tanta velocidad, en la idea de la ‘canción de la semana’. “Yo creo que eso puede ser interesante en algún momento de mi carrera, tendría que tener sentido, no solo porque se hable de una única canción para ese momento”, matiza.

Esa idea de mantener una misma portada y que el disco, de alguna manera, crezca, enlaza con esta cosa que hace Kanye West (Ye) de ir cambiando el tracklist en Spotify cada vez que saca un disco. “Sí, esta cosa me encanta. En una entrevista a Tame Impala, Kevin Parker también decía que la música estaba viva, que tenía que moverse, y sí, es genial darle valor a las cosas y mantenerlas. Has puesto corazón en un imaginario concreto, te gusta, te representa… pues aprovéchalo, no tengas miedo a no generar siempre nuevos estímulos”. Una idea que encaja mucho con la, digamos, música orgánica, por ejemplo la de los años 70, que particularmente gusta mucho a Sen. “Lo ves y eran unos avanzados. Todo lo que hacían tenía intención, también los conceptos gráficos”. En muchas ocasiones, Sen ha citado a Santana, por ejemplo, como influencia. Más por actitud o concepto que por música, quizá, pero siempre presente.

Esa música de los 70-80, durante varios años, especialmente en Estados Unidos, se consideró ‘música para escuchar en el coche’, quizá por esas emisoras de la época destinadas al género que llamaban Album Oriented Radio, canciones que no eran necesariamente singles pero se permitían el lujo de radiar. PO2054AZ es, de hecho, la matrícula del coche del padre de Sen, un Peugeot donde él se recuerda escuchando y sintiendo la música. “Cuando estás en movimiento, estás como desplazándote a otro sitio, también mentalmente, y la música te pega de otra manera, es un concepto que me gusta mucho. De niño escuchaba la música así”, cuenta Sen. Y aquí entra otra conexión más, la idea de familia (tiene una canción, de hecho, llamada precisamente Familia), porque Sen Senra parece casi un proyecto común, siempre rodeado de colaboradores fijos. “Sí, es importante para mí. Recomiendo que en una industria así la gente tenga un grupo de trabajo que se preocupe por ti, que escriban la historia juntos, con los que se pueda celebrar en común y sufrir acompañados. Los amigos tienen mucho valor y a mí me gusta trabajar así”.

Camisa Javier Guijarro, camiseta y pantalones Y/Project, Calcetines
Telfar, zapatos Timberland.
Aitor Laspiur

Le pregunto a Sen por una idea que me ronda desde el párrafo dos: parece que se ha generado un consenso de que su música es la que ahora mismo es la correcta. Valorada por la crítica, sin fisuras, quizá a veces por encima de la sensación global. “Sí sí, recibo mucho cariño, lo noto, me colocan en un lugar muy bello… pero no sé decirte el por qué”, se sincera. Esta realidad no tiene nada que ver con el éxito masivo o con llegar a mucha gente ¿no? “No me preocupa. La expansión forma parte del proceso, pero puede llegar o puede no llegar. Para mí lo importante es el nivel con el que tocas al oyente, cómo quieres acercarte a él. A veces parece que el discurso de la calidad es menos expansivo que otros, especialmente en la música, pero creo que se ha demostrado que se puede hacer una cosa masiva ofreciendo algo especial y diferente. Lo que venga, que venga, pero el foco es proponer algo de valor, que apele al oyente desde otro lugar”.

Y continúa: “Mucha gente quiere hacer música, y antes ocurría también, sin duda, pero creo que ahora las nuevas generaciones quieren hacerlo más que antes. Y como hay huecos y canales para mostrarse, al final se generan más espacios, movimientos, nichos con un público muy concreto”. Lo digital da mucha vida, como él mismo reconoce en algún punto de la conversación, pero lo que traduce toda esta nueva filosofía, la música en 2024, “es cortar entradas”. Los conciertos, la experiencia en vivo. “Eso te traduce todo a algo tangible”, matiza Sen, “al final se te puede conocer vía Internet, pero si no van a verte, es que les das igual, no quiere pegarse ese viaje contigo. Yo soy fanático de los conciertos desde pequeño, porque es la única forma de conectar de verdad, vivir una experiencia especial, renacer”. En sus conciertos, Sen apuesta por lo mínimo, que siempre es lo más difícil, “música encima del escenario, gente sudando y dejándose la piel”.

Música para conectar, música elevada. Que es, precisamente, aquella que te genera sensaciones también elevadas, pelos de punta.

Chaqueta MM6 Maison Margiela, top Tattoo Balenciaga, Top lentejuelas y pantalón Edward Cuming, pendiente Jean Paul Gaultier.Aitor Laspiur

CRÉDITOS DE PRODUCCIÓN

Dirección creativa: Andrea Lazarov
Fotografía: Aitor Laspiur
Estilismo: Paty Abrahamsson
Maquillaje y peluquería: Guillermo Matellano
Props: Marta Ochoa
Asistente de fotografía: Marcos Jiménez
Asistente de estilismo: Atenea Martínez