Dietas

La dieta real de Orlando Bloom, que ha llegado a purgarse el cuerpo con veneno de rana

El actor ha hablado con GQ sobre su nuevo programa de televisión de aventuras al aire libre, sobre cómo ha modificado su entrenamiento para favorecer la longevidad y sobre el consumo de grasas saludables para activar el cerebro.
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Foto: Getty Images; Collage: Gabe Conte

En Orlando Bloom: To the Edge, su nueva serie para el canal estadounidense Peacock, el actor escala un peñasco de 122 metros, practica la apnea a 30 metros con una sola respiración y salta de un avión a 4.000 metros de altura para probar el traje de alas por primera vez. Según cuenta a GQ, los métodos que ha seguido para mejorar su bienestar implican una cantidad similar de agallas: se ha dosificado con veneno de rana y se ha embarcado en un ayuno que implica ingerir arcilla de bentonita.

Más de 20 años después de hacerse famoso en todo el mundo como el elfo rubio platino Legolas en la trilogía de El Señor de los Anillos, Orlando Bloom es ahora un padre de 47 años y está prometido con la estrella del pop Katy Perry (tampoco come gluten, así que ya no hay pan de Lembas en el menú). Ha conservado el gusto por la aventura, incluso después de haber sufrido un accidente casi mortal en el que se fracturó la espalda. En Orlando Bloom: To the Edge, habla de las secuelas del accidente sin dejar de llevar su cuerpo y su mente al extremo.

GQ habló con él para averiguar cómo se mantiene en forma para ser más longevo, con qué grasas saludables alimenta a su cerebro y qué pasa con el veneno de rana.


GQ: ¿Qué es lo primero que haces al levantarte?

Orlando Bloom: Tenemos una cama familiar. Así que Katy dice: “Gracias a Dios por este día. Y Daisy dice: ”Mamá, papá", y después un momento muy tierno. Luego pronuncio [el canto budista] “Nam-myoho-renge-kyo”, porque forma parte de mi práctica. Y entonces empezamos el día. A veces voy directo al café y otras veces tomo ciertas bebidas para que mi cerebro se conecte.

¿Cuáles son esas bebidas?

Tomo una cóctel suprarrenal y algunos polvos verdes. Y tomo cosas que simplemente me ayudan a rehidratarme, como sales y cosas así, o té de limón.

¿Cómo son tus comidas típicas?

Intento comer alimentos integrales en la medida de lo posible. Intento evitar el azúcar, porque soy adicto a ella. Si empiezo, ya no puedo parar.

Sí, cuesta mucho. ¿Cuál es tu veneno?

Las galletas. El helado. Así que trato de seguir una dieta equilibrada realmente, con verduras y proteínas. El gluten me adormece.

En el programa vemos algunos vídeos en los que haces ejercicio, pero ¿cómo es tu rutina habitual?

Intento entrenar mi cuerpo de forma funcional, haciendo movimientos con todo el cuerpo, de los pies a la cabeza, o apoyándome mucho en los glúteos y en las piernas. Después de mi lesión de espalda, trato de apoyarla, obviamente. Sigo una rutina de estiramientos que sale en el programa, y que practico todas las mañanas a primera hora.

Pero también intento variar. Camino mucho o monto en bicicleta. Hago cardio a un ritmo bajo, y luego a un ritmo alto un par de veces si puedo. Ya no levanto pesas muy pesadas. A mis cuarenta y tantos, pienso más en la longevidad, en cómo está mi cuerpo y en cómo disfrutarlo a largo plazo.

Hablando de longevidad, tu tío salió uno de los episodios y habló de la idea de que su familia envejece “vitalmente”. ¿Cuándo empezaste a pensar en la longevidad como parte de tu rutina de bienestar? ¿Sigues los consejos de algún especialista?

Sí, el Dr. Mark Hyman, que es amigo y con quien he hablado al respecto en varias ocasiones. Tuvimos una conversación sobre los beneficios del vinagre de sidra de manzana Bragg's. A veces me tomo un trago y se me enciende el cerebro. Alimenta el microbioma de una manera que me ayuda a concentrarme [Nota del editor: Bloom y Perry están entre los inversores que adquirieron Bragg Live Food Products en 2019].

Thomas DeLauer es un tipo que está muy en forma y además muy bien informado sobre todo lo relacionado con la nutrición y la salud y el bienestar. ¿Vives en Nueva York?

Sí, vivo en Nueva York.

En una ciudad como Nueva York es muy fácil comprar comida para llevar en cualquier sitio. Pero no es tan fácil encontrar alimentos integrales. Y ahora pienso en la longevidad pero más en términos de alimentar mi cerebro, por lo que presto más atención en las grasas saludables que pueden ser beneficiosas en este sentido.Si alimento mi cerebro, mi cuerpo se cuidará solo. Este es el camino que he seguido últimamente.

¿Qué tipo de grasas?

Las obvias: frutos secos, semillas y aguacates. Aceite de oliva sin calentar. Tomo aceite de pescado a diario. Cada vez me centro más en este tipo de grasas. Y no tomo muchos lácteos porque no me funcionan. Siempre he seguido esa dieta sin grasa...

¡Los noventa!

En los noventa era todo cero grasa. Ahora me parece una locura porque, en realidad, la grasa saludable evita que ganes peso, si es que eso es lo que quieres. Pero también contribuye a encender tu encenderse. Como pescado, diferentes tipos de sardinas, a veces como caballa por la mañana con huevos y ensalada o algo así. No pienso en las comidas como desayuno, comida y cena. Simplemente intento pensar que es comida que alimenta mi cerebro.

¿Qué es lo más extraño que has hecho en busca del bienestar?

Kambo es una ceremonia en la que te queman unos puntitos en la piel y luego te ponen veneno del Amazonas, como veneno de rana. Tienes una sensación como de muerte y como si tu cuerpo se purgara. Pero es increíble. Dicen que los guerreros amazónicos lo han hecho durante siglos para agudizar los sentidos a la hora de cazar caza. Y la verdad es que sí tuve esa sensación de tener la mente más clara y estar más abierto y demás, pero es bastante brutal lo que hace con tu cuerpo en ese momento. Sólo dura 15 minutos, pero es una auténtica purga: a veces sale por los dos extremos en momentos diferentes. Aunque eso no me paso la primera vez, pero sí después.

Lo has hecho varias veces.

Sí.

¿Cómo lo descubriste?

Tenía un vecino que tenía un amigo que enseñaba diferentes técnicas que me interesaban mucho, como sexo tántrico y cosas así. Y otra cosa que hacían era Kambo. Como puedes ver, me gusta probar cosas. Creo que la lección del programa fue ser menos impulsivo y calcular mejor las cosas. Pero no voy a desaprovechar ninguna oportunidad que me ayude a crecer o evolucionar porque creo que estoy aquí es para seguir creciendo y aprendiendo. Así que si se trata de algo como alguna medicina vegetal o una ceremonia Kambo o un ayuno, lo probaré para ver si funciona.

¿Cuál es el ayuno más extremo que has hecho?

Era más bien una limpieza que empezaba con una comida, una arcilla de bentonita y unas píldoras de hierbas. Duró cinco semanas. Y en la última semana prácticamente no había comida sólida, sólo arcilla, agua y pastillas, lo cuál era bastante intenso, pero me limpió el sistema. Hago ayuno intermitente de vez en cuando, pero lo mezclo: por ejemplo, una mañana no desayuno o una noche no ceno, para ver cómo se lo toma mi cuerpo. En realidad, a cada persona le puede funcionar algo diferente. Yo intento averiguar qué funciona para mí.

Terminas cada episodio del programa con un FaceTime con tu pareja, Katy Perry. ¿Hay alguna práctica de bienestar que hagáis juntos o que os haya unido?

Sí. Le preparo un montón de pequeñas bebidas por las mañanas que yo también tomo: una para mis glándulas suprarrenales y otra para las suyas, y polvos de vitamina C y otras cosas para activar el cerebro. Tenemos una pequeña rutina al respecto. También nos gusta la aventura y la sencillez de estar al aire libre y montar en bicicleta. Definitivamente, me gusta estar al aire libre. Para mi funcionar bien necesario mover el cuerpo dos veces al día si puedo, pero una seguro. A veces es sencillamente dar un paseo o realizar un ejercicio cardiovascular. Otras veces recurro a las pesas o una combinación de ambas cosas. Pero yo diría que la aventura y la responsabilidad mutua son la única forma que tenemos de crecer.

El Señor de los Anillos fue tu gran éxito. ¿Estás en mejor forma ahora que entonces?

Sin duda, ahora estoy mejor que entonces. Aunque en esa película todos los hobbits teníamos un entrenador de guardia para seguir avanzando. Pero yo era un elfo delgado, ágil, esbelto, y eso era lo que se requería. No es que fuera un tipo musculoso.