Bienvenidos a Islay: la isla escocesa que da vida a nuestro (nuevo) whisky favorito

Un homenaje a la autenticidad y al buen whisky llega a España de la mano de Laphroaig. ¡Bienvenido sea!
Bienvenidos a Islay la isla escocesa que da vida a nuestro  whisky favorito

Primero y para abrirle las puertas de nuestro mueble bar a Laphroaig, nuestro nuevo whisky predilecto, vamos con una breve clase de escocés para una perfecta pronunciación de su nombre: “La-Froig”. ¿Listo? ¿Preparado? Todo en orden entonces para introducirnos de lleno en su universo: respetado entre los amantes del whisky por su elegancia y finura, importada directa de la isla de Islay.

Todo empieza en Islay, isla de Escocia a la que llegaron los primeros monjes irlandeses y empezaron a destilar los primeros whiskies a principios del siglo 14. A día de hoy, esta zona cuenta con tan solo nueve destilerías activas, entre las que se encuentra Laphroaig, combinando las habilidades ancestrales y dedicación a la calidad desde 1815 para crear uno de los single malt más distintivos del mundo.

La destilería Laphroaig, en Islay.Cortesía de Laphroaig.

Pero, ¿qué le aporta un rincón del mundo como Islay –cuyo clima es frecuentemente más agradable que en el resto de tierras escocesas debido a la corriente del Golfo– a un whisky? Sencillo: un sabor fuerte, seco, incluso medicinal y salado, con una predominancia ahumada causada por la turba, el combustible que se utiliza para secar la cebada.

Otra de sus singularidades reside en su terroir. Si hace 6.000 años fuertes lluvias torrenciales crearon en la isla suelos cargados de hierro, la impermeabilización que esto causó abrió la veda para la turba, un carbón causado por el fango, el musgo, la maleza de brezo, helecho, hierba del páramo y algas autóctonas que, al descomponerse, permiten que el proceso de carbonización influenciado por el mar se produzca de una forma especial. Es decir, su combustión libera unos aromas y propiedades distintivos que son aprovechados en la producción de Laphroaig.

La turba local es fundamental para el proceso de malteado.Cortesía de Laphroaig.

No solo eso, sino que unas condiciones climáticas adversas en invierno y agradables en verano hacen de las suyas en las turberas, ventilando las salas de malteado e impregnando su esencia en la madera de las barricas. El detalle final la pone el distintivo procesamiento de la cebada, en turbas que antiguamente se usaban para calentar las casas en la zona, siendo la variedad “lariat” una de las preferidas por Laphroaig.

BIENVENIDO A ESPAÑA

"Aunque Laphroaig ya podía encontrarse en algunos lugares y ya era bien conocido por apasionados del whisky, es ahora cuando Beam Suntory quiere poner mayor foco en el whisky ahumado como una elección muy interesante para los intrépidos paladares que gustan de sabores intensos. En España, donde la cultura del whisky está en constante crecimiento, hay varias razones por las que es un buen momento para ensalzar este único e inigualable elixir" , explica Adrián Castillo Trujillo, Brand Ambassador de Laphroaig.

El evento de presentación de Laphroaig en España.Cortesía de Laphroaig.

Este aterrizaje en territorio español se celebró con un exclusivo evento en colaboración con el espacio SUA by Triciclo, que recibió a la propuesta gastronómica de Los 33 –el sitio donde ver y ser visto ahora mismo en Madrid– y Leña –el templo de la carne y la parrilla de Dani García–; acompañada de los creativos cócteles ingeniados por Caracortada y Especiarium: un homenaje al carbón, al humo y al salitre, premisas fundamentales que sientan las bases de la estrecha relación del whisky con la gastronomía.

El restaurante Leña en SUA by Triciclo.Cortesía de Laphroaig.

DOS VARIEDADES, DOS GRANDES WHISKYS

La primer opción es toda una ganadora, Laphroaig 10 años, condecorado con el premio Doble Oro en el San Francisco World Spirits Competition 2022 y la medalla de oro en la International Wine & Spirits del 2021. Con un apetecible color oro pálido, es capaz de distinguirse por sus aromas a petricor y humo de turba, con notas de yodo y aire marino. Una deliciosa complejidad que encuentra su balance con punto fresco de toques herbáceos y un ligero toque a pimienta negra: de cuerpo medio y ligeramente oleoso en boca, con la aparición de sabores a cebada malteada, vainilla y miel.

El humo, parte fundamental de Laphroaig.Cortesía de Laphroaig.

La segunda propuesta de la destilería es Laphroaig 25 años, con todavía más carisma e historia, envejecido durante un cuarto de siglo empleando barricas de vino oloroso, lo que lo convierte en parte de la selección exclusiva de la destilería. Un amor a primera vista de brillante color rojo dorado de cuerpo rico y redondo, recordando siempre a tierra mojada y humo de turba pero con un toque más dulce a fruta madura, influencia del Jerez, con toques salados.

Ambos son perfectos para degustarse solos o con hielo (en especial, Laphroaig 25 años), pero también de la mano de viajes gastronómicos acompañados de cócteles. Más aún cuando se trata de Laphroaig 10, Select o Quarter Cask, en creaciones como un Whisky Sour clásico o un Penicillin.