“Todo ha llevado a esto”, leemos en la sinopsis oficial de Aliens vs. Vengadores, probablemente uno de los crossovers tebeísticos más espectaculares e intrigantes de los últimos diez años. He aquí el resto: “¡Los xenomorfos llegan a la Tierra! El organismo perfecto conoce a un planeta de superhumanos. ¿Quién será el primero en caer?”.
Mucho que analizar en tan pocas palabras, de modo que nos ponemos manos a la obra sin tiempo que perder. Cuando hablamos de cómo la franquicia Alien, imbatible en su afán por expandirse hacia múltiples medios desde que Ridley Scott pusiera la primera piedra allá por 1979, llevaba desde el principio intentando aterrizar en nuestro planeta, nos referimos a cosas muy distintas. Por un lado, es cierto que el canon principal, por así decirlo, de la saga nunca ha terminado de aterrizar en esta roca: quitando el epílogo de Alien: Resurrección (1997) y ciertas escenas iniciales de Prometheus (2012), los fans del xenomorfo siguen sin haber recibido aquello que les prometieron en los primeros avances de Alien^3 ^(1992): un desembarco en toda regla de esas perfectas máquinas de matar en nuestras playas y aldeas. Se trata, no obstante, de un hueco que ya ha sido más que cubierto por diferentes adaptaciones al cómic, la novela e incluso por la sub-franquicia cinematográfica Alien vs. Predator, cuya segunda entrega sirvió como demostración más que palpable de que, por sí sola, la idea de un xenomorfo atacando por sorpresa a pobres terrícolas no es necesariamente sinónimo de algo memorable…
¿Pero qué ocurre cuando esos terrícolas son, con permiso de Thor y demás extraterrestres nacionalizados, los malditos Vengadores? Desde que la todopoderosa Disney absorbiera hace algunos años a la Fox y todo su catálogo, las posibles sinergias corporativas derivadas de aquella operación no han dejado de apilarse en el inconsciente colectivo. Todo empezó con el chiste internáutico de que, al menos sobre el papel, la Reina Alien forma parte en estos momentos del cada vez más extenso catálogo de Princesas Disney. Después pudimos leer los cómics inspirados en Alien que Marvel (también subsidiaria del Ratón) lleva publicando desde 2021, ambientados todos ellos en una continuidad acorde con las películas oficiales de la saga. Era, por tanto, cuestión de tiempo que alguien reparase en las infinitas posibilidades de crossover que un monstruo como el xenomorfo ha representado desde hace tiempo para editoriales como Dark Horse (antigua propietaria de sus derechos de explotación), DC (que lo llegó a cruzar con Batman o Linterna Verde), Image ó 2000 AD. En otras palabras: ¿a qué demonios estaba esperando Marvel para colocsr a Iron Man, Lobezno, la Capitana Marvel o Spider-Man, por poner solo unos ejemplos, frente a unas hordas invasoras de aliens con doble boca y sangre corrosiva?
Por suerte, la miniserie que todos los nerds estábamos esperando como agua de mayo tiene ya fecha de lanzamiento: el primer número de Aliens vs. Vengadores llega a las tiendas estadounidenses en julio de este año, justo un mes antes de que Romulus, la nueva película de Fede Álvarez, se estrene en los cines de todo el mundo. Si crees que Marvel le ha encargado este choque de titanes a cualquiera, estás muy equivocado: hablamos de una colaboración entre el guionista Jonathan Hickman, uno de los mayores nombres en el tebeo de superhéroes contemporáneo, y el sensacional artista Esad Ribić, cuyo trabajo en Secret Wars, guionizada también por Hickman, se sitúa a día de hoy en una zona de privilegio al alcance de muy pocos. El hecho de que este dúo (creativo) dinámico vaya a encargarse de Aliens vs. Vengadores debería ser razón suficiente como para que todos podamos respirar tranquilos: de todos los cruces genéricos que el xenomorfo ha protagonizado hasta el momento, este (y más en las expertas manos de Ribić y Hickman) parece el más estimulante. ¿Cómo reaccionará un facehugger al escudo del Capitán América? ¿Y qué clase de trato podría sellar alguien como Loki con Los Arquitectos? Estamos a punto de averiguarlo.
